En la audiencia de formalización, la magistrada Carolina Martínez ordenó el ingreso de los imputados adultos al Centro de Detención Preventiva de Puerto Aysén, y respecto del menor en el Centro de Internación Provisoria de Coyhaique, por considerar que la libertad de los imputados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad. Además, fijó en 70 días el plazo de investigación.

Según el ente persecutor, en la mañana del día 22 de septiembre de 2023, los imputados R.A.B.A., A.E.L.O., N.F.P.P. y el menor L.J.L.O., se planificaron y organizaron para darle muerte a la víctima F.L.M.S., para lo cual lo contactan y mediante engaño, uno de ellos le pide reunirse con él en un lugar determinado. Fue así que alrededor de las 11:00 horas, la víctima fue citada hasta el ingreso del sendero Dos Lagunas, en la comuna de Puerto Cisnes, con el supuesto fin de que la víctima le llevara una máscara de soldar.

En momentos posteriores, la víctima llegó hasta el lugar previamente convenido, creyendo en que las intenciones de R.A.B.A. eran reales. Hasta ese lugar, llegaron los imputados A.E.L.O., N.F.P.P. y L.J.L.O., instante en que los cuatro imputados se abalanzaron sobre la víctima, y con la intención de darle muerte, lo agredieron con un objeto contundente en la cabeza, aturdiéndolo, y una vez que éste estuvo en el suelo, comenzaron a propinarle golpes con objetos contundentes y golpes de pies y puño en distintas partes de su cuerpo, procediendo en ese momento a esposar a la víctima, juntando sus manos por detrás de la espalda y colocando en sus muñecas unas esposas metálicas. Mientras la víctima se encontraba completamente indefensa, y actuando los imputados sobreseguro, continuaron golpeándolo durante alrededor de 15 minutos, especialmente en su cabeza, aumentando deliberadamente el dolor causado a la víctima con esta forma comisiva, todo ello mientras el imputado R.A.B.A. grababa la golpiza con su teléfono celular.

Continuaron tomando a la víctima entre todos, haciendo que esta se arrodillara y amenazándolo de muerte, mientras le decían que lo matarían a él y a su familia si es que abría la boca, manteniendo la agresión hasta que la víctima perdió la conciencia, y en la creencia de lo habían golpeado lo suficiente para lograr su muerte, los imputados lo dejaron abandonado en el sitio eriazo en que se encontraba.