El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar condenó hoy –lunes 5 de junio– a Jorge Hugo Tapia González a las penas de cumplimiento efectivo de 2 años y 541 días de presidio, en calidad de autor de los delitos consumados de secuestro y abuso sexual, respectivamente. Ilícitos perpetrados en febrero del año pasado.
En fallo unánime, el tribunal –integrado por las magistradas Rocío Oscariz Collarte (presidenta), Viviana Poblete Vera y Claudia Parra Villalobos (redactora)– dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que cerca de las 5:50 horas del 14 de febrero de 2022, la víctima salió de su domicilio y al llegar a calle Las Mercedes Oriente altura de variante Agua Santa de la ciudad de Viña del Mar, fue interceptada por su compañero de trabajo, el acusado Jorge Hugo Tapia González, quien le ofreció llevarla en auto al trabajo, a lo la víctima accedió.
Una vez en el vehículo, el acusado le puso a la víctima un par de esposas en las manos por detrás de la espalda y un chal sobre la cabeza, trasladándola contra su voluntad e inmovilizada, hasta un inmueble ubicado en la comuna de Quilpué, “(…) donde la ingresó y le dijo que se acostara sobre una cama existente en el lugar. Acto seguido, el acusado le soltó las esposas de la mano izquierda y aseguró dicha esposa a una cadena conectada a la pata de la cama. A continuación, Tapia González le sacó el chip al teléfono celular de la víctima y salió del inmueble, quedando esta inmovilizada, incomunicada e impedida de huir del lugar”.
“Después de algunas horas –continúa–, Tapia González regresó a la vivienda, negándose a permitir que la víctima pudiera irse del lugar, reproduciendo una película en su computador para que ella la viera, contexto en que, estando ambos recostados sobre la cama, el acusado puso su mano por debajo de la ropa de la víctima en la zona de la espalda, estómago y pechos de la víctima, tocándola en contra de su voluntad y aprovechando su incapacidad de oponer resistencia”.
Con posterioridad, la víctima “(…) logró convencer al acusado que le soltara las esposas para ir al baño, circunstancia que aprovechó para quebrar una taza en la pared y arrojar un vaso, siendo nuevamente inmovilizada por el acusado. En tal contexto, al ver que la ofendida se encontraba cada vez más alterada y ofuscada, Jorge Tapia González llamó por teléfono a un tercero, pidiéndole que lo pasara a buscar en auto para ir a dejar a la víctima a su domicilio, lo que ocurrió en definitiva aproximadamente a las 23:30 horas del día 14 de febrero de 2022”, concluye.
A consecuencia de las amarras, la víctima resultó con erosiones en los brazos de carácter leve.