El Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó a Richard Pierre Louis a la pena de cumplimiento efectivo de 8 años de presidio, en calidad de autor del delito frustrado de femicidio. Ilícito cometido en marzo del año pasado, en la comuna de Las Condes.

En fallo unánime, el tribunal –constituido por los magistrados Carlos Cosma Inojosa (presidente), Paulina Lara Valdivia y Katrina Chahin Ananía (redactora)– aplicó, además, a Pierre Louis las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena; más la medida de prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio por el término de dos años, cuando recupere la libertad.

Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.

El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que aproximadamente a las 04:14 horas del 5 de marzo de 2022, Richard Pierre Louis agredió a su conviviente y madre de los hijos en común, al interior del domicilio que compartían en la comuna de Las Condes. La víctima huyó al dormitorio de los niños, siendo perseguida por el condenado hasta el balcón de la propiedad, lugar donde la empujó al vacío, cayendo la víctima desde el cuarto piso a la loza de acceso del edificio.

A consecuencia de la caída, la víctima sobrevivió pero resultó con múltiples lesiones de carácter grave.

Asimismo, Pierre Louis deberá purgar 60 días de reclusión, como autor del delito consumado de lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar (VIF), perpetrado el 9 de marzo de 2021, en Las Condes.

Perspectiva de género

Al resolver, el tribunal tuvo presente la perspectiva de género, la que: “(…) constituye una herramienta fundamental y necesaria para vislumbrar y reconocer ciertas condiciones de interseccionalidad en personas vulnerables, esto es, factores que histórica, social y culturalmente tienden a instalar prejuicios en la comunidad acerca de la forma en que una persona perteneciente a un género debe actuar, reconociendo a través de esta herramienta la diferenciación y desigualdades que se producen entre hombres y mujeres y cómo estas les afectan en distintos ámbitos de su vida, con una mirada que entienda y visibilice las barreras que dificultan el goce o ejercicio igualitario de determinados derechos que una persona reclama, disolviendo sesgos cognitivos, estereotipos, prejuicios asociados al género que puedan operar desde la óptica de quien juzga”.

“Pues bien, la perspectiva de género es un instrumento de aplicación obligatoria en el ejercicio jurisdiccional, pues reconociendo los factores antes citados, favorece una resolución de conflictos en condiciones de igualdad. Dicho esto, constituye un riesgo confundir los reales alcances de la perspectiva de género y considerarla, más que una herramienta para la apreciación de prueba, como un suplemento de ella, que vendría a suplir déficit de acreditación de supuestos factuales. Sin embargo, en el caso sometido a conocimiento de este tribunal, la prueba de cargo, como quedó dicho, ha resultado suficiente para establecer los hechos de la acusación por el delito de lesiones menos graves y femicidio”, concluye.