En consonancia con lo planteado por la Corte Suprema, la Corte de Apelaciones de San Miguel retomó el funcionamiento de sus cinco salas –manteniendo la opción para los abogados litigantes de realizar sus alegatos de manera telemática– implementando así un sistema híbrido de trabajo, que busca retomar lo presencial gradualmente a la espera de nuevas instrucciones a partir del 10 de diciembre.

La presidenta del tribunal de alzada, María Soledad Espina Otero, destacó el retorno a la presencialidad: “se trata de ir retomando la normalidad de la labor jurisdiccional en función de nuestros usuarios, lo que también ha posibilitado el reencuentro entre funcionarios y colegas que no habían compartido en persona por un largo tiempo  desde que comenzó la pandemia, lo que se vio reflejado en nuestra reunión de pleno”.