El presidente (s) de la Corte Suprema, Haroldo Brito Cruz, encabezó una nueva ceremonia de juramento de abogadas y abogados en el Palacio de Tribunales de Santiago e instó a los nuevos profesionales a ejercer la profesión de abogado como juristas.

En la ceremonia, realizada hoy viernes 18 de febrero y en la que prestaron juramento 44 licenciados, el presidente (s) Brito Cruz sostuvo que “(…) las necesidades jurídicas de las personas se vuelven más complejas y aumentan constantemente, por lo que el Derecho, a su vez, también cambia velozmente, tan velozmente que con frecuencia no es fácil advertir las razones del cambio”.

“¿Cómo sortear entonces esta insoslayable circunstancia? Afortunadamente en el Derecho contamos con varias herramientas verdaderamente inestimables: Podemos atrevernos a pensar y a preguntarnos, a explorar otras soluciones, podemos razonar y analizar. Este ejercicio les permitirá utilizar como segunda herramienta la argumentación, que por cierto y dicho sea de paso no es una actividad que se espera solo del juez, pues también debe ser desarrollada por las partes si es que desean ver acogidas sus peticiones”, afirmó el ministro.

En este nuevo escenario, exhortó el presidente subrogante: “No bastan abogadas y abogados que redacten escritos y sentencias como si fueran simples formularios en los cuales copien textos legales y un par de frases sacramentales. La sociedad exige que sean capaces de expresar sus razones y de argumentar con el derecho que invocan”.

“Estoy convencido que estas dos herramientas, junto a los aspectos más esenciales de la formación jurídica que recibieron, como la comprensión de la importancia de los derechos fundamentales, la integración de la Constitución Política al proceso de decisión, el uso de los tratados internacionales sobre derechos humanos como fuentes formales del Derecho y la interpretación jurídica en general, les otorgarán competencias imprescindibles para enfrentar de otra manera, con otra comprensión, sin duda con éxito, problemáticas tan actuales como las que afectan a los niños, niñas y adolescentes; a las mujeres, desde luego a los asuntos de género y equidad; la protección de los pueblos originarios, la diversidad sexual, los migrantes, las personas privadas de libertad y otras tantas que pudieren presentarse”, les dijo. 

“En efecto, esforzarse al máximo para ejercer la profesión de abogado como un jurista y no solo como un mero conocedor y aplicador de leyes no es una opción, es un deber para todo aquel que quiera ser hoy un buen abogado o abogada”, relevó.