El Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó a F.K.G.C. a cumplir la pena 10 años y un día de presidio efectivo, en calidad de autor del delito de parricidio en grado frustrado en contra de su hija lactante. Ilícito perpetrado en mayo de 2020, en la ciudad. 

En fallo unánime (causa rol 163-2021) el tribunal –integrado por los magistrados Paulina Sariego Egnem (presidenta), Carlos Iturra Lizana y María Elisa Tapia Araya (redactora)- condenó a F.K.G.C. a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, además de la prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o estudio, así como a cualquier otro lugar al que ésta concurra o visite habitualmente, por el período de dos años, los que se contarán desde que el sentenciado recobre su libertad.

En la causa, el tribunal condenó también a F.K.G.C. a purgar dos penas de 61 días de presidio efectivo, en tanto autor de los delitos consumados de lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar y amenazas condicionales, más las accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena.

Una vez ejecutoriado el fallo, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN.

Respecto a lo hechos, el tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable,  que el 30 de mayo de 2020, aproximadamente a las 12:00 horas, al interior del domicilio ubicado en Av. Club Hípico, en la comuna de Santiago, el acusado F.K.G.C. “mordió en el rostro a su hija de dos meses de edad, producto de lo cual ésta resultó con lesiones de carácter leve, consistentes en equimosis cutánea hemi cara derecha, según el correspondiente DAU”.

Posteriormente, el 31 de mayo de 2020, aproximadamente a las 12:40 horas, al interior del domicilio antes indicado, “el acusado, luego de que su hija comenzase a llorar, la tomó fuertemente, comenzando a zamarrearla, para luego taparle la boca y nariz con las manos, momento en que intervino su conviviente y madre de la menor, quien logró arrebatársela de las manos”. Acto seguido, “cuando esta segunda víctima le manifestó que se iría de la casa, el acusado la amenazó de manera seria y verosímil, manifestándole entre insultos ‘si tú me delatas o te vas de la casa, te voy a matar’.

En cuanto a la determinación de la pena, el tribunal tuvo a la vista que “favorece al acusado la atenuante de irreprochable conducta anterior, la que se tiene por suficientemente acreditada, del mérito de su extracto de filiación carente de anotaciones pretéritas a la presente causa”.  

Por el contrario, el tribunal rechazó la atenuante del artículo 11 N°9 del Código Penal pretendida por la defensa, “teniendo para ello en consideración, que la declaración del acusado, más allá del  momento en que la prestó, esto es después de rendida toda la prueba de cargo, no solo no ha sido sustancial, no aportó ningún antecedente nuevo, o distinto, o importante para la decisión que debe tomar este tribunal, limitándose a negar los hechos que le son imputados, o dándole una connotación totalmente diversa”.

Que “la agravante del artículo 12 N°6 del Código Punitivo, será también rechazada, por estimar que, para este caso específico, resulta consustancial a los hechos y no corresponde entonces, agravar más las conductas y del mismo modo, y con igual fundamento, no resulta posible considerar para agravar las sanciones, más allá de lo que los tipos penales ya consideran, la extensión del mal causado”.