El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, presidió una nueva ceremonia en la cual 87 postulantes prestaron juramento como abogados y abogadas en el Salón de Honor del máximo tribunal.
En su mensaje a los profesionales, la autoridad judicial se refirió al aniversario de la promulgación del Código Penal, ocurrida el 12 de noviembre de 1874.
No obstante haber sido modificado en varias ocasiones, el presidente Ricardo Blanco indicó que el desafío actual es repensar un nuevo modelo penal. “Hoy la sociedad nos exige un derecho penal que responda a nuevas formas de ilicitud, —como el crimen organizado, delitos económicos, ambientales, informáticos o de género— y que incorpore las garantías y prerrogativas que consagran la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos”.
Agregó que la actualización del código, “debe ser apreciada como un acto de continuidad histórica, en el que el espíritu ilustrado de 1874 se proyecte hacia un orden jurídico más justo, humano y acorde con este tiempo, teniendo, además presente, los múltiples y sofisticados modos de comisión delictual y los nuevos tipos penales”.
A la par, la máxima autoridad señaló que la labor de reforma del cuerpo normativo también es un desafío para los abogados, especialmente para los penalistas, “que son los garantes de que la pena no traspase el límite del dolor necesario y los custodios de los derechos, incluso de quien ha infringido la ley”.
Igualmente, el presidente de la Corte Suprema recalcó a los nuevos abogados y abogadas, “la importancia de ejercer la profesión jurídica con lealtad y honradez, complementado con excelencia, prudencia, buena fe, ética y probidad”.