La Comisión de Lenguaje Claro del Poder Judicial, a través de la subcomisión de Boletín, lanzó la segunda edición de esta publicación, dedicada a explorar el papel de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial (IA) en la promoción de un lenguaje accesible. Este número invita a reflexionar sobre cómo la innovación puede convertirse en una aliada estratégica para garantizar el derecho a comprender.
En un escenario donde gran parte de la información jurídica y administrativa circula en entornos digitales, el desafío es lograr que documentos altamente técnicos resulten comprensibles para todas las personas. Una de las respuestas se encuentra en la integración del lenguaje claro con herramientas basadas en inteligencia artificial, capaces de simplificar los textos sin sacrificar precisión ni rigor.
Ejemplos como ScribeClaro o arText Claro muestran cómo los sistemas híbridos -que combinan algoritmos de aprendizaje automático con el trabajo de especialistas- pueden apoyar la redacción de textos jurídicos más claros. No obstante, el boletín subraya que la supervisión humana sigue siendo esencial: un juez que utiliza estas tecnologías para generar versiones accesibles de sus resoluciones mantiene siempre la responsabilidad de asegurar su claridad, legitimidad y precisión.
Además, la edición destaca que el avance de la IA debe ir acompañado de principios éticos que resguarden la transparencia y la confianza pública. Promover la colaboración entre expertos en lenguaje claro, profesionales del derecho y desarrolladores tecnológicos es clave para consolidar una justicia más accesible, confiable y cercana a la ciudadanía.
Este número incluye una entrevista con Iria da Cunha, investigadora a cargo del proyecto arText Claro; una revisión de la experiencia de la justicia de paz en el uso de inteligencia artificial para mejorar la comprensión; un análisis sobre las potencialidades de programas como ScribeClaro; y un repaso del trabajo que la Comisión de Lenguaje Claro impulsa en sus distintas subcomisiones regionales.
La publicación invita a descubrir cómo la convergencia entre lenguaje y tecnología abre nuevas oportunidades para que el acceso a la justicia sea un derecho efectivo y universal, reafirmando que comunicar con claridad no es solo una buena práctica, sino un deber democrático.