La presidenta (s) de la Corte Suprema de Justicia, Gloria Ana Chevesich, encabezó una nueva ceremonia en que 88 postulantes prestaron juramento como abogados y abogadas.
En su discurso a los y las profesionales, la ministra les instó a seguir en constante perfeccionamiento. “Si existe una virtud que sostiene la dignidad de la profesión, es la disposición constante a estudiar. No es un adorno ni un lujo opcional: es una necesidad silenciosa y permanente (…) el aprendizaje no termina con el título” señaló.
Agregó que el conocimiento jurídico es provisorio y siempre expuesto a revisión. “La ley cambia. Los tribunales cambian. Y la sociedad que da sentido a las normas también experimenta mutaciones permanentes, como un cuerpo vivo. Ser abogado es mantenerse en conversación con ese cambio. Quien se detiene, se desconecta, y deja de ser apto para cumplir el vital encargo social de la abogacía”.
“El Derecho no nace del Derecho. Nace del conflicto social, de la necesidad de regular lo que se transforma (…) No basta con leer las leyes: hay que comprenderlas, interrogarlas y conectarlas con la realidad” recalcó la presidenta (s) de la Corte Suprema.
“En esta profesión, la ignorancia no es neutra: tiene consecuencias. Y en esa tarea, el conocimiento no es un privilegio: es una responsabilidad, porque en el Derecho, lo que no se actualiza se vuelve obsoleto; lo que no se comprende a fondo, puede volverse peligroso” añadió.
Finalmente, la ministra Gloria Ana Chevesich, señaló a los nuevos abogados y abogadas que “el compromiso que hoy asumen no se agota en un diploma ni en este acto solemne. Es una decisión más honda: la de ejercer con atención plena, con curiosidad permanente y con la humildad de quien sabe que incluso los más sabios siguen aprendiendo”.