Generar confianza entre los individuos, entregar mensajes claros al interior de los equipos de trabajo y, sobre todo, acercar el Poder Judicial a la comunidad, son algunos de los múltiples beneficios de optar por el lenguaje claro en el contexto del trabajo judicial, tema en torno al cual se desarrolló una capacitación sobre lenguaje claro organizada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Una instancia que fue presidida por la ministra del tribunal de alzada porteño e integrante de la Comisión de Lenguaje Claro del Poder Judicial de Chile, Carolina Figueroa Chandía, y que en esta oportunidad contó con la exposición de la profesora Claudia Poblete Olmedo, licenciada en Lengua y Literatura hispánica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, doctora en Filología española de la Universidad Autónoma de Barcelona, mención Doctor Europeo y magíster en Lingüística aplicada de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Durante la charla, que contó con asistentes presenciales y remotos de todos los tribunales de la jurisdicción, la profesora ahondó en la necesidad de comunicar de manera clara para asegurar que el mensaje llegue tanto a quienes laboran al interior de la institución como a quienes son usuarios del sistema de justicia. Recordó que un lenguaje claro, al contrario que uno especializado como es el caso del lenguaje jurídico, “ayuda a generar confianza entre los individuos y también a conocer con claridad cuáles son las metas y los objetivos que guían el trabajo de una institución. Es una herramienta clave a la hora de motivar al personal y hacerlo sentir parte del equipo”.
No sólo eso, sino que además el lenguaje claro permite ir más allá de la entrega de información para los usuarios, al adaptarse a ellos para hacer el mensaje plenamente comprensible. “Para lograr una comunicación efectiva es fundamental que quien realiza el mensaje sepa con exactitud qué es lo que quiere transmitir, es decir, que conozca el tema sobre el que está hablando y que pueda elaborar un mensaje preciso y claro. Hay que tener en cuenta, además, las características del receptor (quien recibe y debe entender el mensaje), para formular el contenido de la manera más acertada posible”.
La actividad se enmarca en los objetivos del Poder Judicial en cuanto a la necesidad de utilizar un lenguaje claro y sencillo que responda a las necesidades institucionales, pero también a diversos compromisos internacionales y de la participación activa en redes de cooperación judicial internacional, como es el grupo de trabajo “Justicia y Lenguaje Claro: Por el derecho del ciudadano a comprender la Justicia” que surgió en el contexto de la XVIII Cumbre Judicial Iberoamericana, liderada en su organización España y Chile.