El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco Herrera, destacó que el día Nacional de los Pueblos Indígenas es “un acto muy significativo para nuestra identidad jurídica y cultural, que invita a mirar con respeto la cosmovisión, historia y derechos de los pueblos originarios que habitan nuestro territorio”.
Estas reflexiones las realizó en una nueva ceremonia de juramento de abogados y abogadas. “Es una jornada de reconocimiento, reflexión y compromiso. Los pueblos originarios son la raíz de nuestra cultura, habitaron esta tierra mucho antes de la conformación de este Estado y nos legaron su idioma, costumbres y formas de convivencia con la naturaleza y un profundo sentido de comunidad. Su reconocimiento es una obligación ética, es valorar la diversidad como un pilar basal de la sociedad”, dijo.
Durante su discurso, resaltó que las tradiciones indígenas del sur andino y del territorio mapuche coinciden en este tiempo con celebraciones ancestrales como, por ejemplo, el solsticio de invierno, el Machaq Mara en el mundo aymara, el Wé Tripántu mapuche, entre otros.
“Este conocimiento y estas prácticas, transmitidas por generaciones, nos interpelan como comunidad jurídica. Nos invitan a pensar un Derecho que no sea solo positivo, sino también pertinente; que reconozca y valore los saberes ancestrales; que no imponga uniformidad donde hay diversidad legítima; y que sea capaz de dialogar con otras cosmovisiones partiendo del respeto y no desde una supuesta superioridad”, estableció.
Por último, argumentó que el rol del abogado con relación a los pueblos originarios adquiere una dimensión particularmente exigente y transformadora. El ordenamiento jurídico chileno ha evolucionado en las últimas décadas para incorporar el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural del país.