El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco Herrera, llamó a los nuevos abogados y abogadas a ser actores relevantes y no pasivos en la evolución del derecho, con el fin de aportar en una sociedad más justa.

Estas reflexiones las realizó al dirigir una nueva ceremonia de juramento de profesionales de las leyes y en el marco del aniversario de la promulgación del  Código del Trabajo.

“En esta jornada en que ya son profesionales del Derecho, estimo pertinente recordar que el pasado miércoles 28 de mayo se cumplieron 94 años desde la publicación del Código del Trabajo de 1931, cuya impronta continúa presente en los principios que orientan el derecho laboral chileno hasta nuestros días”.

La autoridad, quien antes de presidir el máximo tribunal integraba la Cuarta Sala Laboral, explicó el contexto social  de inicio de siglo pasado. Este cuerpo normativo nació en un tiempo convulso, marcado por los conflictos sociales, la emergencia del movimiento obrero y la necesidad imperiosa de dotar al país de reglas que encauzaran las relaciones entre el capital y el trabajo bajo el amparo del derecho.

“Pero más allá de su contenido técnico, el Código del Trabajo de 1931 expresó una voluntad política y ética: la de poner fin a la lógica puramente mercantil del contrato de trabajo y afirmar, en su lugar, un principio protector que entendía al laborante como sujeto de especial tutela. Fue el comienzo de una transformación que, aunque aún inacabada, inauguró un nuevo paradigma jurídico en las relaciones de trabajo”.

 “No solo serán intérpretes del Derecho; también se transformarán en actores de su evolución”, concluyó.