El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal condenó hoy –lunes 5 de mayo– a R.A.F.L. a las penas de 10 años y 6 años de presidio efectivo, más el pago de las costas del juicio, en calidad de autor de dos delitos consumados de violación de mayor de 14 años. Ilícitos perpetrados en 2014 y 2022, en la ciudad.

En fallo unánime, el tribunal –integrado por los jueces Óscar Huenchual Pizarro (presidente), Gabriel Ormeño Valdebenito (redactor) y Daniel Arias Parra– aplicó, además, a R.A.F.L. las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras duren las condenas.

El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que en horas de la noche del 20 de mayo de 2022, la víctima acudió al cumpleaños de una amiga. En horas de la madrugada del 21, el acusado se ofreció llevarla a su domicilio. En el viaje, el imputado se desvió y se dirigió al sector de la quebrada Encantada. Lugar donde R.A.F.L. estacionó el auto, se abalanzó sobre la víctima, la tomó fuertemente del cabello y le exigió bajo amenaza de muerte que se sacara la ropa. Tras violarla, le ordenó que descendiera del vehículo y la llevó a un inmueble del sector, donde nuevamente bajo amenazas la violó.

El imputado mantuvo retenida a la víctima contra su voluntad hasta cerca del mediodía para, finalmente, subirla al automóvil y dejarla en las inmediaciones de su domicilio.

El segundo hecho acreditado se registró entre la una y las cuatro de la madrugada del 1 de noviembre de 2014, ocasión en que también la víctima era traslada por el condenado hasta su domicilio, después de una fiesta. Con el argumento de ir a buscar a una tía al aeropuerto en el camino se desvió al sector de Villa Frontera. Luego de cruzar la línea férrea hizo un viraje hasta un sector abandonado, donde estacionó, golpeó, amenazó y obligó a guardar silencio. Luego, la apuntó con un objeto que parecía un arma de fuego, la amarró de pies y manos, le vendó los ojos y la violó. Tras el ataque sexual, también la dejó en las cercanías de su domicilio.

Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.