La estrecha relación entre la literatura y derecho fue el tema escogido por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, para el discurso de la primera ceremonia de juramento de este 2025, en la cual 88 postulantes fueron investidos con el título de abogado y abogada.
Como un homenaje al nacimiento del poeta Vicente Huidobro y la muerte de la Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, hechos ocurridos un 10 de enero de 1893 y 1957 respectivamente, la autoridad judicial resaltó las conexiones entre los mundos jurídico y literario y su importancia para responder al desafío de ser profesionales íntegros al servicio de la comunidad.
“El código normativo, como el libro, son textos que solo constituyen un punto de inicio. Nunca sabemos la repercusión y las interpretaciones que estas obras -jurídicas y literarias- tendrán en el tiempo. Es común en el derecho darle un sentido y alcance a una norma jurídica y sabemos que esa interpretación está condicionada por el contexto social, político y económico de un momento de la historia y, por lo mismo, esa misma norma, veinte o treinta años después, puede tener un sentido distinto. Lo mismo sucede con un poema o con una novela y es ese justamente su gran legado, mantener vivo su espíritu para que, generaciones tras generaciones, mantengan el debate en torno a qué quiso decir un autor o a qué aspecto se refería”, dijo el magistrado.
Igualmente, el presidente Blanco destacó la influencia de la literatura en el derecho y viceversa, lo que ejemplificó con el artículo 594 del Código Civil y su definición de playa: “Se entiende por playa del mar la extensión de tierra que las olas bañan y desocupan alternativamente hasta donde llegan en las más altas mareas”, indicó (…) “No es difícil encontrar elementos literarios en el análisis de esta definición, las ‘olas bañan’ y ‘desocupan alternativamente la tierra’, conceptos que constituyen un construido poético y es gratificante cómo Andrés Bello, mediante una metáfora propia de la poesía, logra una definición de alta certeza jurídica”, dijo.
“La profesión que hemos elegido conlleva una alta carga de lectura de textos legales. Mi invitación es que complementen esa obligada acción con un buen libro que aborde otras materias, para desarrollar aún más la imaginación y adentrarnos pacíficamente en el ambiente que cada libro nos ofrece”, concluyó la autoridad de la Corte Suprema.