Cuarto TOP de Santiago condena a integrantes de asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes

26-enero-2024
En fallo unánime, el tribunal condenó hoy –viernes 26 de enero– al líder de la organización Milton Mamani Mamani a la pena de cumplimiento efectivo de 17 años de presidio, , en calidad de autor de delitos consumados y reiterados de tráfico ilícito de migrantes agravado. Ilícitos cometidos entre febrero y agosto de 2021.

El Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó hoy –viernes 26 de enero– a Milton Mamani Mamani a la pena de cumplimiento efectivo de 17 años de presidio,  accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena; más el pago de una multa de 20 UTM, en calidad de autor de delitos consumados y reiterados de tráfico ilícito de migrantes agravado. Ilícitos cometidos entre febrero y agosto de 2021.

En fallo unánime (causa rol 359-2022), el tribunal –integrado por los magistrados Claudia Morgado Moscoso (presidenta), Pedro Suárez Nieto y Erick Aravena Ibarra (redactor)– condenó, además, a Mamani Mamani a 3 años de reclusión y a la suspensión de cargos u oficios públicos durante el tiempo de la condena, como autor del delito consumado de asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

En tanto, la acusada Wilma Calle Ayaviri deberá cumplir 15 años y un día de presidio, accesorias legales  y el pago de una multa de 20 UTM, en calidad de autora de delitos consumados y reiterados de tráfico ilícito de migrantes agravado; más 818 días de reclusión, en calidad de autora del delito consumado de asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

En la causa, el tribunal condenó a Jhean Vladimir Núñez Muñoz a 11 años de presidio, accesorias y al pago de una multa de 50 UTM, por su participación, en calidad de autor, en el delito consumado de tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado; más 2 años de reclusión y la accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, en calidad de autor del delito consumado de asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

En el caso del acusado José Aliscar Barrios Torres, el tribunal lo condenó a la pena de 12 años de presidio, accesorias y al pago de una multa de 20 UTM, en calidad de autor de delitos consumados de tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

David Javier Almao Rojas, Robinson Huerta Castillo y Andreina Alejandra Araos Muñoz deberán purgar 10 años y un día de presidio, accesorias y el pago de multas de 20, 20 y 50 UTM, respectivamente, como autores de tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

A los acusados Andreina Alejandra Araos Muñoz, José Aliscar Barrios Torres, David Javier Almao Rojas y Robinson Huerta Castillo, el tribunal les impuso, además, 541 días de reclusión, en calidad de autores del delito consumado de asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

Finalmente, Patricio Antonio Galloso Ramírez y Enrique Alfredo Rezzio Fuentes deberán pasar 8 y 7 años recluidos, más las accesirias correspondiente y el pago de multa de 20 UTM cada uno, en calidad de autores de delitos consumados de tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado; más 300 días de reclusión por asociación ilícita para el tráfico ilícito de migrantes agravado y reiterado.

El tribunal ordenó el comiso del dinero y especies incautadas en el procedimiento.

Hechos acreditados
En forma unánime, el tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable y sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, los siguientes hechos:
Primero, que: “Al menos desde el mes de febrero de 2021 hasta la fecha de sus detenciones, esto es el día 18 y 19 de agosto del 2021, Wilma Calle Ayaviri, Milton Mamani Mamani, José Barrios Torres, Patricio Galloso Ramírez, David Almao Rojas, Robinson Huerta Castillo, Jhean Núñez Muñoz, Andreina Araos Muñoz y Enrique Rezzio Fuentes, junto a otras personas no individualizadas y otro sujeto cuya detención se encuentra pendiente, actuando de manera organizada formaron parte de una organización de carácter transnacional, que con ánimo de lucro, facilitó el ingreso ilegal a Chile de migrantes de distintas nacionalidades, principalmente venezolanos, coordinando para ello pagos que se realizaban desde la Región Metropolitana por parte de familiares de las víctimas que se encontraban en esta ciudad. Ellos se asociaron y bajo el liderazgo de Wilma Calle Ayaviri y Milton Mamani Mamani, asumieron funciones para facilitar el ingreso ilegal de los migrantes a Chile, cobrándoles entre US200 y US800 aproximadamente a cada uno por este servicio. Los migrantes, principalmente venezolanos, o sus familiares, pagaban a esta asociación con la finalidad de ingresar al país y llegar a la comuna de Estación Central, tramo que realizaban poniendo en riesgo su vida y la de menores de edad. Dentro del recorrido se consideraba la estadía de los migrantes en llamadas ‘casas de seguridad’, ‘refugios’ u ‘hostales clandestinos’, a la espera de poder culminar el viaje hasta el destino acordado, esto es la comuna de Estación Central, en las que los migrantes a veces esperaban sus viajes hacinados a pesar de la emergencia sanitaria.

La organización operaba ingresando a los migrantes por pasos no habilitados, en los que, debido a la ruta a través del desierto y las fluctuaciones de temperatura, se puso en riesgo la vida y salud de migrantes adultos y niños, niñas y adolescentes.

La organización tenía distintas modalidades de pago, las que podían ser en efectivo, pesos chilenos, dólares, transferencias bancarias a los miembros de la organización o a terceras personas, o envíos de dinero a través de empresas o servicios de envío, utilizando incluso en algunos casos ‘sobres’ que contenían en su interior dinero en efectivo, extrayendo desde el mismo cada una de las personas que conforman la estructura delictual la cantidad de dinero que le corresponde.

Si las víctimas no acreditaban el pago eran mantenidas en las casas de seguridad, refugios u hostales clandestinos en Colchane o en Pozo Almonte hasta verificar el pago a la organización criminal.

La ruta utilizada por los integrantes de esta organización podía comenzar en Venezuela o en el país de origen que corresponda o incluso en Bolivia, teniendo presente que la mayoría de los migrantes provienen de Venezuela, siendo traficados por la organización pasando por la frontera terrestre en la comuna de Colchane, y finalizando en Santiago, en la mayoría de los casos en la comuna de Estación Central, específicamente en las inmediaciones del terminal de buses de esta comuna. En el tramo desde Bolivia a Chile son guiados por ‘trocheros’ o también conocidos como ‘coyotes’, quienes son los encargados de trasladar a los extranjeros desde Bolivia a Chile evadiendo los controles migratorios. Esto lo realizan a pie, a través de sectores cordilleranos altiplánicos próximos al Complejo Fronterizo ‘Colchane-Pisiga’, el cual se encuentra aproximadamente 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, cuya geografía y clima presentan un gran peligro para la vida de las personas no habituadas y/o preparadas para   dichas condiciones, esto sumado a que el cruce de frontera se realiza regularmente de noche, donde la visibilidad es mínima, con temperaturas que  fluctúan entre los -5°,-1° o incluso -15°, situación que genera aún más peligro  para su vida cuando los traficados son o van acompañados de menores de edad.

Organización y funciones
En Chile los líderes del grupo delictual, eran Wilma Calle y su cónyuge Milton Mamani, quienes coordinaban el ingreso ilegal de los extranjeros traficados a Chile procedentes desde Bolivia, proporcionando y gestionando los alojamientos temporales, así como también los traslados por etapas hasta sus destinos, principalmente hacia la comuna de Estación Central, en la Región Metropolitana, realizando ellos personalmente y en sus vehículos particulares, algunos de los trayectos.

Los integrantes de la organización recibían a los migrantes de manos de los trocheros o guías juntándose en el sector de ‘Carpa’ o ‘Pisiga-Carpa’, utilizado por la organización criminal porque reúne condiciones que permiten el ocultamiento de las personas traficadas.

Los integrantes de la organización que se encargan de guiar a los migrantes al momento de cruzar la frontera corresponden a Álvaro Román Sandy (cuya detención de encuentra pendiente), y otros sujetos no individualizados. Estos posterior a su función de guiar por los pasos no habilitados de la frontera terrestre en el sector de Colchane, entregan a los migrantes en Pisiga Carpa (Chile) a los líderes de la organización y los trasladan a la comuna de Colchane.

Los migrantes son conducidos a refugios temporales o casas de seguridad, uno de ellos ubicado en la misma localidad y el otro ubicado en una localidad próxima de nombre Escapiña. En dichos lugares, los extranjeros son ocultados a fin de evitar controles de autoridades, esto en precarias condiciones y en un absoluto hacinamiento. Permanecen ahí aproximadamente a veces desde las 20 horas hasta las 4 de la madrugada, para emprender rumbo hasta Pozo al Monte. Wilma Calle y Milton Mamani organizan el traslado hasta la comuna de Pozo Almonte y también verifican y realizan los cobros correspondientes, los que son diferenciados por nacionalidad.

Así, aproximadamente a las 04:30 horas de la madrugada, Wilma Calle y Milton Mamani embarcaban a las víctimas para dirigirse a la comuna de Pozo Almonte pasando por la comuna de Huara. Es en este último lugar, específicamente en la intersección de la Ruta 15 (Camino Internacional) y la Ruta 5 Norte (Panamericana Norte) donde se ubica la Tenencia de Carabineros de Huara, donde existe un control vehicular permanente, los imputados intentan pasar en los minutos próximos a las 08:00 horas de la mañana de cada día, debido a que en dicho horario se realiza el cambio de turno de los funcionarios policiales, motivo por el cual el control se detiene por un momento.

Si se atrasan en el horario o detectan que se está efectuando el control vehicular/policial, en algunas oportunidades se detuvieron unos kilómetros antes de la Tenencia de Carabineros de Huara, desembarcan a los pasajeros, señalándoles una antena de telecomunicaciones que se ve a la distancia y está ubicada a un costado de la Ruta 5 Norte, la cual deben utilizar como guía para caminar en diagonal por un terreno desértico hasta la Ruta recién mencionada, ya que minutos más tarde son recogidos por los imputados en los mismos vehículos, en un lugar cercano a la antena de telecomunicaciones.

Luego de superar el control policial de la comuna de Huara, Wilma Calle y Milton Mamani se dirigían directamente hasta la comuna de Pozo Almonte, donde tomaban contacto con José Barrios Torres y David Almao Rojas, quienes se encargaban de su recepción en las respectivas casas de seguridad u hostales clandestinos en Pozo Almonte en coordinación con Patricio Galloso y Robinson Huerta y luego de su traslado a la cuidad de Santiago.

Recepción y traslados
En la organización criminal, José Barrios y David Almao coordinan con el miembro de la organización Patricio Galloso y con Robinson Huerta la distribución de las víctimas  en las casas de seguridad u hostales clandestinos en Pozo Almonte, lugares donde debían permanecer, generalmente ocultos hasta su posterior traslado a Santiago, específicamente a Estación Central en las inmediaciones al terminal de buses San Borja.

Estos domicilios corresponden a los que los integrantes de la organización criminal denominan como "casa frente al Parque" ubicada en calle Alianza N°456, Pozo Almonte, y la "casa de las guaguas" ubicada en pasaje Flavio Rodríguez N°439, Pozo Almonte, entre otras. José Barrios coordina con Robinson Huerta la cantidad de personas que mantienen en cada domicilio llegando a permanecer una indeterminada, pero a veces numerosa cantidad de personas distribuidas en los inmuebles, sin respetar las medidas de distanciamiento social y regulaciones de aforo relacionadas con la pandemia de covid-19 que en esa época afectaba al país.

Los imputados diariamente se hacían cargo del lugar donde mantendrían a las víctimas, en qué buses los trasladarían, en qué horarios y la alimentación que les darían durante su estadía en las casas u hostales clandestinos preocupándose, de gestionar pasajes y buses tanto en empresas de recorridos regulares como en buses de recurrido informal, en este último caso con Enrique Rezzio y los imputados Jhean Núñez y Andreina Araos, utilizando al menos en una oportunidad, el bus placa patente CVTD-52, marca Volvo, para de esta forma desocupar rápidamente las casas y continuar recibiendo víctimas.

Todo ello bajo las órdenes de los líderes de la organización, Wilma Calle y Milton Mamani, además con Patricio Galloso, José Barrios, alias José Queni y David Almao.

En tanto, Patricio Galloso, José Barrios, Enrique Rezzio, Andreina Araos y Jhean Núñez, se encargan del traslado de las víctimas hasta la ciudad de Santiago. Estos viajes los realizaban en buses de recorrido regular o en buses de recorrido informal. Se encargan además de confeccionar o gestionar los permisos de desplazamiento y que tienen por objeto que la organización criminal logre el objetivo final de trasladar a los migrantes hasta la comuna de Estación Central pudiendo pasar todos los controles, tanto policiales como sanitarios que existen en el trayecto. Para ello incluso realizaron pagos indebidos a funcionarios públicos encargados del control.

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