Claudina Acuña Montenegro fue la quinta mujer en titularse de abogada y la primera en ingresar al escalafón primario del Poder Judicial, al ser nombrada secretaria del Juzgado de Letras de Santa Cruz, el 17 de abril de 1925. Posteriormente, asumió como jueza en la ciudad de Curicó.

En el centenario de este hito, la Secretaría Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación de la Corte Suprema, en conjunto con la Asociación de Magistradas Chilenas, MACHI, organizaron el seminario conmemorativo “100 años de las mujeres juezas en el Poder Judicial”, en el cual se hizo un reconocimiento a la exmagistrada a través de su hija, quién también se desempeñó como jueza, Elena Contreras Acuña.

A la actividad, encabezada por la ministra de la Corte Suprema y encargada de asuntos de género, Andrea Muñoz, contó con la asistencia de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana; ministros y ministras de la Corte Suprema, del Tribunal Constitucional, de las cortes de apelaciones, juezas y jueces, integrantes de las asociaciones gremiales, la academia y la sociedad civil.

“El ingreso de Claudina Acuña marcó un punto de quiebre en una época de exclusión total de las mujeres en el espacio público. Sin embargo, este hito no transformó de inmediato la geografía del Poder Judicial. Tanto ella como otras mujeres de su generación ingresaron a cargos de Secretaría, situación que se mantendría hasta 1941, año en que, por primera vez, una mujer fue designada como jueza” señaló la vicepresidenta de MACHI, Macarena Rebolledo en sus palabras iniciales.

Agregó que desde ese nombramiento pasaron 15 años (1956) para que una mujer fuera designada relatora; casi 50 años (1971) para acceder a un cargo de ministra de Corte de Apelaciones y 30 años más (2001) para llegar a la Corte Suprema.

En ese contexto, el seminario tuvo como finalidad recordar este hecho y desde ahí transitar por la historia para relatar y observar el camino recorrido e identificar los desafíos actuales y futuros, específicamente en materia de derecho a los cuidados y violencia de quienes son magistradas. 

“Conocer y reconocer la historia de las mujeres en el Poder Judicial, como lo estamos haciendo hoy; nombrar a nuestras antecesoras; destacar sus trayectorias y escribir sus nombres con mayúsculas, es también una forma concreta de avanzar en igualdad. Es un acto de rescate de la lucha individual y colectiva para construir un Poder Judicial más justo, más paritario y libre de discriminación” dijo Macarena Rebolledo.

La actividad contó con la participación de destacadas panelistas: Marianne González, doctora en historia, abogada y académica de la Universidad de Chile; María José Cumplido Baeza, historiadora de la Universidad Católica, escritora, y directora ejecutiva de Fundación Iguales; la abogada y profesora de la Universidad Alberto Hurtado, Victoria Martínez y la abogada integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago y profesional de la Universidad de Concepción, Magaly Correa. Moderaron la jueza del Tercer Juzgado de Familia de Santiago, Paz Pérez y la secretaria técnica de Igualdad de Género y No Discriminación, María Soledad Granados.

“De los temas abordados por las expositoras, la mirada histórica de las mujeres juezas y su inserción al Poder Judicial nos reveló que, como dijo la profesora González, pese a que hoy hay más mujeres juezas en términos numéricos, son ellas las que se han tenido que adaptar al Poder Judicial y no al revés, por lo que el cambio cultural, como complementaba María José Cumplido, es esencial para que efectivamente se produzcan y ese cambio cultural para que sea real en el ámbito público tiene que ser real también en el ámbito privado, lo que se refleja en el tema de los cuidados que hablaba la profesora Martínez. En que los hombres necesitan tener las capacidades, espacio y voluntad para ejercer la corresponsabilidad en el cuidado en general”  concluyó  María Soledad Granados.